Aunque es indudable que nuestra felicidad y nuestro bienestar dependen en su mayor parte de lo que tenemos en el interior de cada uno de nuestros seres, es también innegable que nos resulta imposible vivir completamente solos y sin contar con las personas y los elementos que nos rodean.
Tal vez una de las tareas más difíciles que tenemos por aprender es la suficiente valoración de todo aquello que nuestro entorno nos ofrece. Y mucho más, el apreciar y reconocer adecuadamente el valor de las personas que tenemos a nuestro alrededor.
Por alguna extraña razón las cosas negativas poseen una facilidad mayor para actuar que las positivas. Es más sencillo caer que subir, destruir que construir, ensuciar que limpiar. Es por esta misma causa que se nos hace mucho más perceptible aquello que no nos gusta de las personas y de las cosas que tenemos cerca.
Si te evalúas concienzudamente te darás cuenta de que lo que en un comienzo te pareció maravilloso y te brindó gran alegría tenerlo, ahora te resulta inadvertido e incluso puedes verlo con ojos críticos. Por un instante recuerda el momento en el que adquiriste alguno de tus electrodomésticos, una prenda de vestir, un juego, un auto o cualquiera de tus pertenencias. Seguro que te brindó una gran satisfacción por el significado que tenían para ti en ese momento.
Sin caer en el conformismo, que puede llevarnos a la mediocridad, debemos conservar nuestra capacidad de agradecimiento con todo lo que la vida nos ofrece, pues puede ser que solo las valoremos una vez las hayamos perdido.
Y ese agradecimiento debe ser aún mucho mayor con las personas que acompañan tu vida y que son parte de la construcción del camino que recorres. Valora los esfuerzos que hacen por ti, su compañía y sus aportes. Piensa cómo sería tu vida si ellos no estuviesen allí y seguramente reconocerás que no les has dado el valor que merecen.
Valora todo lo que tienes, pues aunque es normal que siempre queramos avanzar y superar nuestras actuales condiciones, no te olvides que así como podrías estar mucho mejor, también podrías estar mucho peor.
domingo, 13 de noviembre de 2011
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